He querido que estos personajes sean oscuros; que nada los haya predispuesto para algún brillo; que no estén dotados de ninguna de esas grandezas que se establecen y se reconocen: las del nacimiento, de la fortuna, de la santidad, del heroísmo o del genio; que pertenezcan a esas miles de existencias que están destinadas a pasar sin dejar huella; que haya en sus desgracias, en sus pasiones, en sus amores, en sus odios algo de gris y de ordinario para la mirada de lo que se estima digno de ser contado.
Michel Foucault
Confesión autógrafa de Pierre, culpable del asesinato de su familia, testimonio analizado por Foucault en Los hombres infames
No hay comentarios:
Publicar un comentario